La obra de Carmen Chacón de este período es plenamente reconocible en la expresión abstracta de sus estructuras. La riqueza cromática junto con la línea como elemento de referencia generan composiciones equilibradas, cuidadosamente elaboradas, donde la densidad matérica deja translucir las transparencias de sus cuidados fondos, dejando entrar en un contenido lírico a la vez que mágico.
Así lo reconoce Karin Stadtlander en sus textos:
[…] todo aquello queda plasmado en una composición muy equilibrada; la síntesis de su acto creativo y de reflexión, culminando en una sinfonía de formas, materias y color en un estético canto lírico. […] La línea, ese elemento omnipresente en su obra, hace de enlace entre elementos y espacio plástico y nos conduce a la comprensión del discurso interior de la artista.
Si la utilización de la línea en pintura es considerada generalmente como antinatural, en la obra pictórica de Carmen Chacón es además un hilo […] que presta dinamismo a la composición y al tiempo guía nuestros sentidos hacia una cierta magia […]
Karin Stadtlander
Barcelona, 1992.

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