1989/90

La poética del arte como proceso

Arrancar desde el ejercicio de la figuración, cuestionarlo y atomizarlo hasta formular un lenguaje coherente y abstracto, supone un enorme esfuerzo interior, a la vez que un reto consigo mismo para el artista que se lo propone. Hacerlo, además, al márgen de influencias, sin concesiones a la simulación, y en un contexto como el gallego de la década de los ochenta – caracterizado por los valores emblemáticos de una pintura de éxito rápido y reconocimiento generalizado, añade a este esfuerzo una complicación capaz de dejar en el camino a muchos autores […]. Insistir en la búsqueda desde el ámbito hermético e individualizado como hace Carmen Chacón pone de manifiesto no sólo un desacostumbrado rigor ético, sino también una esperanza de progreso para el conjunto del Arte, concebido por la segunda generación de gallegos contemporáneos.

Carmen Chacón ha permanecido fiel a sí misma a lo largo del recorrido, hasta llegar a la articulación de un vocabulario plástico […] que la sitúa ya en otro punto decisivo de su trayectoria: ha vencido a la figuración, ha combatido positivamente contra la composición, tal y como puede comprobarse en esta exposición, y anuncia el paso siguiente, la disección de las texturas. Todo ello sin perder su impecable sentido del color, y manteniendo (casi en secreto) guiños de las etapas por las que ha pasado.

[…] La ética (y la poética) de Carmen Chacón se congelarían, enquistándose en sí mismas, si la autora no propusiese además, tal y como hace, un proceso dialéctico con el espectador […] Es la dialéctica incitada sin grandes alardes, sino desde un plano de discreción e intimismo […].

Mucho más desinhibida, pero no menos sugestiva, se muestra Carmen Chacón en su relación con los objetos, auténticos “ready made” que constituyen una exposición dentro de la exposición.

[…] Por ello el conjunto de la obra de Carmen Chacón constituye una de las más agradables bocanadas de aire fresco, de “autenticidad”, llegadas desde Galicia a las orillas mediterráneas. Una clara señal de progreso intelectual y de carga poética en tránsito hacia la década de los noventa.

Bernardo Castelo Alvarez
30 de Agosto de 1989.