Extinción III
(2008)
Los seres humanos poseen la arrogancia, esta suele ser mayor a medida que van subiendo en la escala laboral hasta llegar a creerse los dueños del Universo. Dominan las comunicaciones, poseen las armas y llegan a tener en sus manos el control de los habitantes del planeta.
Cuando ésto sucede – que es constantemente – estos semidioses olvidan a quién sirven y pierden el fin por el que comenzaron a trabajar, se pierden en su propia ambición y no son conscientes de la destrucción que provocan sus erróneas decisiones. La naturaleza es algo decorativo y es usada para recoger votos en las campañas electorales y los recursos naturales y la pobreza pasan a ser un informe estadístico.
Los demás animales menos inteligentes que él jamás destruyen su hábitat, pero evidentemente el nivel de arrogancia es mas bajo y esta humildad les ha permitido sobrevivir y evolucionar todos estos años; pero la inteligencia humana sigue avanzando y creando modos de defenderse de la Naturaleza ya que ésta responde a las agresiones, en lugar de reflexionar y hallar la armonía para crecer y prosperar evitando así multitud de problemas creados por el hombre mismo.
Ningún otro animal es tan irracional y absurdo como el ser humano.